
Hay historias que siempre se repiten. Por desgracia, han pasado años, décadas, incluso siglos, y aún a día de hoy hay historias que jamás deberían ocurrir. Nominado al Oscar a Mejor Cortometraje Documental, A Love Song for Latasha (Una canción de amor para Latasha), de Sophia Nahli Allison y Janice Duncan, es un recordatorio de las heridas que la población afroamericana de los Estados Unidos padecía y sigue padeciendo a día de hoy por culpa del racismo.
El cortometraje homenajea a Latasha Harlins, una joven negra de tan solo 15 años que fue asesinada cuando compraba un cartón de zumo de naranja. Soon Ja Du era la encargada de la tienda que disparó a Latasha el 16 de marzo de 1991. Una mujer coreana de 51 años que tenía la costumbre amenazar con su arma de fuego a personas negras, y que ese día decidió hacer realidad sus amenazas y acabar con la vida de la joven. A Love Song for Latasha nos enseña a los familiares y amigos de Latasha Harlins, que nos recuerdan a la joven con bastante afecto y mucha emotividad, una chica gentil y amable que fue víctima de un asesinato racista.
Lo primero que llama la atención al comenzar a ver esta película son los efectos visuales que se emplean para contar la historia de Latasha. Esta obra no solamente utiliza testimonios desde el punto de vista de sus más allegados, sino que se emplea una colección de imágenes y vídeos que muestran la niñez de Latasha, haciendo que los espectadores sientan esa sensación de cercanía hacia la victima.
El contenido visual acompaña al ritmo de la voz de los personajes narradores y protagonistas en torno la historia de la vida y muerte de Latasha. Gran parte de la película posee un ritmo tranquilo, pero cuando llega el momento de contar el asesinato de Latasha, el ritmo audiovisual cambia radicalmente, como si se acelerase el pulso a causa de la angustia y el miedo de la situación.
Un detalle interesante en este cambio de ritmo narrativo, son los efectos animados y el cambio de fotografía a tonalidades azules y verdes oscuros. Estos efectos, con estilo retro, acompañan a estos colores oscuros que pretenden asociar el relato a los sentimientos de tristeza, miedo y peligro que sintieron los amigos y familiares de Latasha ante la noticia del asesinato.
Una herida aún abierta: el caso George Floyd
La muerte de Latasha Harlins no es algo exclusivo del pasado. Su historia no es un caso aislado, aún hoy sigue habiendo casos de asesinatos a causa del racismo persistente en los Estados Unidos. El año 2020 no fue solo el año del coronavirus y de la pandemia mundial, también se hizo conocido el nombre de George Floyd, un hombre de 43 años que murió a manos del agente de policía Derek Chauvin, en la ciudad de Mineápolis, Minesota.
La muerte por asfixia de Floyd conmociono al mundo y provocó una oleada masiva de indignación y protestas en todo Estados Unidos en contra del racismo, la xenofobia, y el abuso policial ejercido hacia los ciudadanos afroamericanos. Hace unos escasos días, se confirmó la noticia de que el agente de policía Dereck Chauvin, ha sido declarado culpable por la muerte de George Floyd.
El movimiento #BlackLivesMatter se hizo eco nuevamente en todo el mundo a través de las redes sociales debido a este nuevo ataque contra la población negra. Pero George Floyd no es la única victima de la violencia racista, otras personas como Tamir Rice, Eric Harris, Walter Scott, Jonathan Ferrell, Sandra Bland, Samuel DuBose y una innumerable lista de nombres más, también fueron víctimas de la violencia racista y brutalmente asesinadas. Distintos protagonistas, pero siempre la misma trágica historia.
A Love Song for Latasha, es una obra sincera que no abusa del amarillismo para contar el asesinato. No se centran en el morbo del suceso ni en contar el hecho de vivir en una sociedad armada o por el racismo aún arraigado en Estados Unidos, sino que trata de homenajear a las victimas de la violencia racista, personificada en Latasha. Una mirada íntima en retrospectiva que trae al presente los sentimientos y las ideas de futuro que tenía Latasha Harlins. Una vida inocente arrancada por culpa de la intolerancia y el racismo.
El cortometraje Una canción de amor para Latasha (A Love Song for Latasha) puede verse en Netflix.